Es básica y fundamental una buena preparación teórica para ser un buen jugador de ajedrez. ¿Cómo se consigue esto? De varias maneras: llegar a ser un buen jugador de ajedrez cuesta sacrificio y voluntad. Cada vez más los buenos jugadores conceden una importancia decisiva a la preparación en las aperturas, con el objeto de obtener ventaja desde el principio y conseguir el punto en litigio.
Yo aconsejo a todas aquellas personas que quieran progresar que se especialicen en una sola defensa con negras y en una apertura con blancas. Actualmente disponemos de muchos medios para conseguir información de las aperturas y defensas que nos interesan: Internet, boletines de torneos, «Informator» yugoslavos, revistas soviéticas, enciclopedias de aperturas, revistas nacionales e internacionales, programas informáticos, etc. Otra valiosa fuente de información es nuestra propia participación en torneos o consultar a maestros sobre líneas determinadas que nos interesan. Con el transcurso del tiempo, cada vez jugamos mejor esas variantes concretas; sin embargo, es importante no caer en la rutina y seguir investigando a fondo las novedades teóricas que se produzcan.
La mayor experiencia y técnica acumuladas gracias a la participación en torneos a lo largo de los años y nuestros análisis de laboratorio pueden ayudarnos a ello.
No obstante, hay hoy en día un valor importante que nos falta: el tiempo. Recuerdo una famosa frase: «el tiempo es oro». Toda la preparación teórica debe practicarse continuamente en torneos, partidas de entrenamiento, partidas amistosas, etc, y comprobar los errores con programas informáticos que valoren las posiciones (Fritz, Chessbase, Rybka 3).
Es muy importante saber qué tipo de juego nos conviene más según nuestro carácter; un buen entrenador nos dirá qué líneas podemos emplear que sean acordes con nuestra personalidad. Para ello es necesario analizar a fondo la persona y el juego que el alumno va desarrollando durante su aprendizaje académico.
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